Cella y la patata

Cella es un pueblo de la provincia de Teruel localizado en el valle del Jiloca y a las puertas de la Sierra de Albarracín. Dista a unos 20 kilómetros de la ciudad de Teruel y a tres de la vía del ferrocarril y la autovía Mudéjar. Como en toda la zona, su clima suele ser frío en invierno y caluroso en los meses de verano, con la suerte de refrescar por la noche.

 

Muchos han sido los cellanos que han destacado a lo largo de los siglos por su bondad, valentía o talento, paseando el nombre de Cella por todo el mundo. Tiene una rica historia y un presente que la hace mirar con esperanza al futuro. Cella es un buen lugar donde vivir.

 

Gran parte del desarrollo de Cella vino dado desde hace miles de años por la estrecha relación de sus habitantes con el agua. Los romanos construyeron un acueducto para conducir hasta aquí las aguas del río Guadalaviar, una de las obras más descomunales de la cultura romana ya que supuso, entre otras cosas, uno de los primeros trasvases de la historia entre dos cuencas hidrográficas (Júcar y Ebro). Antes de que llegasen los romanos, los primeros pobladores se asentaron en torno a la primitiva laguna del Cañizar, llegando hasta nuestros días los restos de un poblado celtíbero en el que se deduce la importancia en la fabricación de cerámicas.

 

Ya en la Edad Media nuestros antepasados descubrieron a pico y pala el pozo artesiano de Cella, más conocido como «la Fuente de Cella». Impresionante manantial que en épocas normalizadas de lluvia emanan por él la asombrosa cantidad de más de 3.000 litros de agua por segundo. El agua es conducida por un laberíntico circuito de acequias, brazos e hilas para regar hasta el último rincón de la vega, más las vegas de seis pueblos más (Villarquemado, Santa Eulalia, Alba, Torremocha, Torrelacárcel y Villafranca).

 

 

Cultivo de patata

Cella es un pueblo con gran tradición agrícola, en la cual la patata siempre tuvo un lugar especial. Fue a partir de los años 80 cuando este cultivo comenzó el camino de crecimiento para convertirse en fuente importantísima de la economía local. La vega de Cella cría la mayor parte de la producción de Patata de Cella®, formando parte de un ecosistema que da cobijo a infinidad de animales salvajes, sobre todo aves.

 

Cella celebra la relación con este cultivo en su Feria de la Patata, un fin de semana de septiembre en el que vecinos y visitantes se hermanan en torno a la cara más gastronómica de este tubérculo. Incluso en el año 2000 los vecinos cocinaron 2.040 kilos de patatas bravas, obteniendo un Record Guinness.